LA MEDITACIÓN
La meditación es el estado natural del hombre, dicen los grandes adelantados y maestros de todos los tiempos, estado contemplativo y activo, pero se necesita tiempo y ambiente adecuado para desarrollarlo. Sin un momento de rapell, aquietamiento mental, no es posible entrar en meditación, algo que es benéfico tanto para uno como para los que le rodean. Podemos decir que si los gobiernos quisieran gastar menos en sanidad, debieran facilitar a las personas entornos, ya desde la infancia, en que los seres pudieran "parar" la mente unos instantes, consiguiendo indirectamente una medicina preventiva. La ansiedad que padece por doquier la sociedad sería más suave, facilitando el encuentro y relación de los seres humanos, porque antes se habría realizado en ellos mismos. La primera "solidaridad" real, en un sentido ego-ista, es la que existe consigo mismo, puesto que sólo entonces se podrá ser comprensivo y solidario con los demás. Otro asunto, en el que no entraremos porque sería muy largo, es el tipo de meditación, y en ello las personas estarán atraídas por diferentes modos, posiblemente según su fe: cristiana, hindú, taoísta, budista, u otras. Tanto el budismo (zen sobre todo), el yoga y el tai chi, son hoy día las más conocidas.
Yoga es un término sánscrito proveniente de la raíz YUG-, que significa yuntar, unir, por lo que comúnmente se le asocia con el termino religatio, del que proviene religión. Esa ligazón tiene que ver con un orden trascendente, que es lo mismo que decir algo que se halla más allá del individuo. Por eso el yoga no es una especie de metodología física, o al modo de una psicoterapia, otra cosa es que se use en tal modo, sino que en sentido estricto es el camino correcto para llevar al hombre desde el ámbito grosero o elemental al ámbito supremo. En yoga, existen diferentes formas y nombres, pero nos ceñiremos al yoga clásico (Patanjali) que fue sistematizado hacia el siglo IV antes de C., y consta tanto de una serie de ejercicios, que aluden al factor físico del individuo en cuestión, normas de conducta, que tienen que ver con el terreno emocional, y finalmente modos de entrar en contacto con el terreno sutil de la mente, para traspasarlo y poder llegar a lo que se llama kaivalya (la soledad o aislamiento fenoménico). La meditación es el puntal fundamental de este proceso. Sólo cuando el individuo se halla en estado meditativo es posible la visión de lo real.
Zen es un término que proviene del sánscrito, dhyana, contemplación, siendo uno de los medios más eficaces y disciplinados en poner la mente en su sitio. Tanto en China como en Japón se desarrolla un tipo de budismo que tiene por meta el satori o iluminación, siendo la metodología de una férrea disciplina, en ciertos casos puede catalogarse de "disciplina del samurai". No hay mediadores, no hay dioses, sólo tú y tú, y en tal sentido concuerda con el dicho del Buda: "Sólo estás tú, sin ayuda, y sólo tú puedes salvarte" (Dammapadha)
Ciñéndonos a nuestro modo de vida, no sólo si practicamos yoga, sino cualquier "técnica" meditativa, necesitamos crear el espacio adecuado, interiormente se irá avanzando, exteriormente para poder acceder a ese estado de relajación y visión directa. El ambiente conviene que sea distendido, ya es suficientemente agresivo en la vida diaria, sea por nuestro modo de trabajo, sea por unas relaciones en general faltas de una base que faciliten un mayor acercamiento entre las personas, o bien por otros motivos. Crear ese ambiente externo requiere de pocos aditamentos, sean olores, colores, y sobre todo la comodidad del vestido y la postura.
En este rincón de meditación les ofrecemos esos factores que todo meditador-ra agradacera para crear ese ambiente que propicie una mayor calma mental. Desde los más variados inciensos de calidad, lo que significa que se han hecho con productos tales como maderas aromáticas y resinas, todo ello compactado, sin tener aditivos de aceites esenciales, de los que están hechos la mayoría de los existentes en el mercado, pasando por cojines de diverso orden, para meditar, hasta teteras de té, o pequeños recintos denominados "jardines zen". Los inciensos de exquisito olor y que impregnan a la mente de ese aspecto minimalista que necesita para tener un punto en que fijarse, harán las delicias de todos aquellos que se acerquen al fascinante y relajado mundo de la meditación.